Un fin de semana familiar en nuestra tierra
- @ambgastronomy
- 8 feb 2016
- 2 Min. de lectura
Salgo un viernes de clase, almuerzo y me voy al aeropuerto con varias horas de anticipación. Estoy pendiente de la llegada de mis primos, nos vamos juntos.
Cuando llegan, se ha cancelado el vuelo y ellos ya tienen su nuevo tiquete. Yo estoy en la sala de espera y logro conseguir cupo en el mismo vuelo.
Me toca caminar todo el aeropuerto para salir a encontrarme con mis primos y regresar a la sala de espera; donde mas tarde nos atrasan el vuelo.
Todo un día en el aeropuerto hasta que por fin despegamos.
Hemos llegado y tomamos un taxi directo hacia el restaurante donde esta toda la familia reunida.
Mi familia tiene fuertes raíces cartageneras, mi abuelo; Policarpo Bustillo Sierra nos dejo un legado que explotar.

Cenamos en un claustro ambientado con música clásica y finalmente nos vamos a la casa a descansar.
Amanece y Justina Luna, nos consiente preparándonos arepa de huevo. Desde pequeña he crecido viendo como es esta cultura y su gastronomía.

Esta preparación se hace con una masa que lleva doble fritura y va rellena con huevo.
De ella aprendí a cocinar varios platos cartageneros como el típico arroz con coco y la posta negra.



Tengo que salir corriendo a comprar un vestido de baño antes de que salga el bote hacia Barú. Una vez lo consigo, regreso al apto y con mis tíos y primos caminamos desde el centro al muelle de los pegasos.





Es un trayecto corto con buena música hacia El Pescador de Colores , el lugar donde besa el sol al mar. Una herencia de nuestro abuelo llevada a la realidad por mi prima Lina con estilo tropical chic. Mas adelante hablare de este lugar tan maravilloso.



Almorzamos paella acompañada de un vino blanco y todos los primos nos vamos a ¨trabajar¨en Barú park.
Barú park es un proyecto en desarrollo junto a playa blanca ideado por mi primo Moisse Bustillo. Desde allí, mi hermano vuela su drone para sacar tomas de los lotes de la familia.




Se nos va todo el dia en estos vuelos y cuando regresamos a El pescador de colores ya debemos partir. El bote nos espera pues la marea empieza a aumentar.
Al regresar del paseo nos vamos con toda la familia en un yate por la bahía para ver el atardecer. Compartimos un agradable rato en familia.


Luego nos dispusimos a ir a El Sitio, un restaurante que en mi opinión no recomendaría y de ahí salimos a rematar con algo de rumba en Bazurto social club.

Así concluye un viaje familiar para celebrar el no matrimonio de un primo que no estuvo.
Después de muchos años la felicidad de volver a estar en familia es inminente pero algo opacada por el fallecimiento de dos personas cercanas a nuestro núcleo. Mientras unos nos vamos regresando a Bogotá, otros se van al entierro de uno de ellos.
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